Estas dos cuestiones, la recesión y devaluación brasileña, es una toma de pinzas, al mejor estilo de las peleas de catch, para la economía argentina. El gobierno argentino justamente está haciendo lo contrario a Brasil en materia cambiaria, anclando el tipo de cambio, tratando de moverlo lo mínimo posible en un año electoral. El dólar en Argentina cotizaba a $7,83 a comienzos del 2014. Hoy vale $8,77, solo un 12% de aumento, mientras que en el mismo lapso de tiempo la inflación local subió cerca de 30%. Es decir, Argentina se encareció un 18% en dólares respecto de marzo de 2014. Brasil, en cambio, tuvo una inflación de 7,1% en los últimos 12 meses y depreciación de 33,3%, esto implica que los bienes y servicios brasileños son un 26,2% más baratos medido en dólares que hace un año. Así los brasileños nos "ganan por goleada" en términos de competitividad.
Las últimas medidas tomadas por Dilma Rousseff le agregan mayor presión cambiaria a Argentina para los próximos meses y auguran una caída en las ventas a Brasil. Según Dante Sica, director de la consultora Abeceb, no tendremos una invasión de productos brasileños producto de la depreciación del real ya que "el Gobierno argentino tiene una administración casi total de su comercio exterior. Pero de mantenerse este escenario en el tiempo, aumentará la brecha competitiva entre los productos argentinos y los brasileños, lo que podría impactar sobre el entramado local en el futuro".
Argentina tiene un atraso cambiario innegable. Pero difícilmente alguien desde el Gobierno intente realizar una corrección a este problema. Será parte de la herencia para el próximo presidente. Preocupante: Alejandro Vanoli, titular del Banco Central, no ve las señales de alarma. Recientemente dijo: "En las próximas semanas, esta depreciación (del real) se va a atenuar significativamente" porque "no hay fundamentos para que la economía brasileña tenga mayores sobresaltos". Es alarmante que el propio presidente del BCRA no vea a la acelerada depreciación del real como una señal de alama y minimice el tema tratándolo como algo transitorio.
El sector más golpeado será el automotor. Recordemos que más del 75% de las exportaciones de automóviles de Argentina tienen como destino a Brasil. Para que tengamos la dimensión de la crisis brasileña, las ventas de autos en dicho país cayeron en el primer bimestre del año 22,5%. Respecto a esta situación en Brasil y los efectos sobre el sector automotriz, el economista Gonzalo Dalmasso remarcó "las exportaciones argentinas de vehículos y autopartes se verán afectadas por la caída del mercado y la actividad en Brasil y por la pérdida de competitividad en la relación de cambio bilateral".
Según ADEFA, las exportaciones de vehículos acumuladas en los dos primeros meses del año fueron un 30,1% menor a las registradas en el mismo periodo de 2014. En conclusión, el Gobierno argentino deberá poner atención al "Efecto cachaça". Los movimientos en Brasil aumentarán la presión cambiaria local, agudizarán la caída en las exportaciones y el faltante de divisas.
Se puede agravar el problema de restricción externa de modo que la recesión Argentina se profundice a niveles inciertos. Si las medidas del gobierno de Dilma logran estimular la economía de nuestro mayor socio comercial, Argentina podrá respirar tranquilo en 2015. En cambio, en caso de que persista la recesión pese a la depreciación del real, Argentina quedará tambaleando al borde del knockout.
http://www.infobae.com/2015/03/14/1715440-efecto-cachaca-brasil-devalua-y-arrastra-la-economia-argentina
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