Del lado de la exportación de carne vacuna, no puede esperarse para el año próximo grandes variantes. En los últimos tres años, el crecimiento incesante de los precios internacionales moderó el efecto negativo de la caída del tipo de cambio real para la carne, muy afectado por varios años de 25 por ciento inflación y sólo seis a siete por ciento de devaluación.
Hoy se entregan registros de exportación (ROE) con relativa fluidez y se ha distribuido la cuota Hilton “temprano”, pero persisten las retenciones y la “barata” opera como una retención adicional a la exportación.
Con este tipo de cambio y con estas retenciones, nuestras carnes no son competitivas, valiendo nuestro novillo entre 30 a 35 por ciento en dólares más que en Brasil.
Si no hay un cambio drástico en el valor del dólar o en el nivel de retenciones a la exportaciones, por ahora lo único que puede esperarse es que la industria exportadora continúe con el costoso proceso de adaptación a vender todo lo que se pueda al mercado interno, mercado que al menos reconoce el valor pagado por el novillo....http://www.lavoz.com.ar/analisis/exportacion-espera-alicientes
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